Las greguerías son breves
composiciones en prosa, con interpretaciones o comentarios ingeniosos
y humorísticos sobre aspectos de la vida corriente, que fueron
creadas y así denominadas por el escritor Ramón Gómez de la Serna
que escribió más de diez mil greguerías y las definió como
"humorismo + metáfora".
"Desde 1910 me dedico a la
greguería, que nació aquel día de escepticismo y cansancio en que
cogí todos los ingredientes de mi laboratorio, frasco por frasco, y
los mezclé, surgiendo de su precipitado, depuración y disolución
radical, la greguería. Desde entonces, la greguería es para mí la
flor de todo lo que queda, lo que vive, lo que resiste más al
descreimiento. La greguería ha sido perseguida, denigrada, y yo he
llorado y reído por eso entremezcladamente, porque me ha dado pena y
me ha hecho gracia"
Como daba besos lentos duraban más sus
amores.
Daba besos de segunda boca.
El primer beso es un robo.
Cuando la mujer pide ensalada de frutas
para dos
perfecciona el pecado original.
El amor nace del deseo repentino de
hacer eterno
lo pasajero.
Aquella mujer me miró como a un taxi
desocupado.
Hay matrimonios que se dan la espalda
mientras
duermen para que el uno no le robe al
otro los
sueños ideales.
El beso es hambre de inmortalidad.
Como con los sellos de correo sucede
con los
besos que los hay los que pegan y los
que no
pegan.
Hay pensamientos pacificadores, como
éste: "El
sexo daría interés a un peñasco."
Lo malo del deseo es que vuelve sin
avisar.
El beso es un paréntesis sin nada
adentro.
El libro es un pájaro con más de cien
alas para
volar.
Escribir es que le dejen a uno llorar y
reír a solas.
El sillín del piano es el sacacorchos
del concierto.
Tocar la trompeta es como beber música
empinando el codo.
La ópera es la verdad de la mentira, y
el cine es la
mentira de la verdad.
El agua no tiene memoria, por eso es
tan limpia.
El femenino del otro Yo, es el otro Ya!
Nunca es tarde si la sopa es buena.
Al agonizar el viejo marino pidió que
le acercasen un espejo para ver el mar por última vez.
¡Qué tragedia! Envejecían sus manos
y no envejecían sus sortijas.
Cuando asomados a la ventanilla echa a
andar el tren robamos adioses que no eran para nosotros.
El día en que se encuentre un beso
fósil se sabrá si el amor existió en la época cuaternaria.
A la media botella de vino siempre le
faltará la otra mitad.
El dolor más grande del mundo es el
dolor de colmillo de elefante.
El olivo es el espejo del alba.
Abrir un paraguas es como disparar
contra la lluvia.
El agua se suelta el pelo en las
cascadas.
En la Vía Láctea se agolpa el polvo
fulgurante que levantaron en su camino las carrozas siderales de los
grandes mitos.
El Pensador de Rodin es un ajedrecista
a quien le han quitado la mesa.
¿Será a nosotros a quienes llama esa
bocina de automóvil que, parado frente a nuestro portal, dice a
alguien bien distintamente que baje?... Y nosotros que no tenemos ni
esperamos ningún automóvil, cometemos la torpeza de asomarnos...
El bebé se saluda a sí mismo dando la
mano a su pie.
Principio de primavera: un niño solo
en todo el tiovivo.
Los bebés con chupete miran al fumador
en pipa como a un compañero de cochecito.
El niño intenta extraerse las ideas
por la nariz.
El niño grita: "¡No vale!"...
"¡Dos contra uno!", y no sabe que toda la vida es eso: dos
contra uno.
Cuando anuncian por el altavoz que se
ha perdido un niño, siempre pienso que ese niño soy yo.
Los niños que serán los hombres
precavidos son los que sacan punta a los dos extremos del lápiz.
La "A" es una tienda de los
apaches.
La "B" es el ama de cría del
alfabeto.
La "C" es una galletita
mordida.
La "D" mayúscula de cada
domingo es siempre diferente.
La "F" es el grifo del
alfabeto.
La "i" es el dedo meñique
del alfabeto.
La "L" parece largar un
puntapié a la letra que lleva al lado.
La "ñ" es la "n"
con bigote.
La "Q" es un gato que perdió
la cabeza.
La "q" es la "p"
que vuelve del paseo.
La "S" es el anzuelo del
abecedario.
La "T" es el martillo del
abecedario.
La "T" está pidiendo hilos
de telégrafo.
La "U" es la herradura del
alfabeto.
La "ü" con diéresis: dos
"íes" siamesas.
La "ü" con diéresis es la
letra malabarista del abecedario.
La "X" es la silla de tijera
del alfabeto.
Las palabras con puntos suspensivos
resultan aderezadas con guisantes.
Prosa con asteriscos: prosa
condecorada.
Los bostezos son "oes" que
huyen.
El lápiz sólo escribe sombras de
palabras.
El escritor quiere escribir su mentira
y escribe su verdad.
La luna es un banco de metáforas
arruinado.
Sólo el poeta tiene reloj de luna.
El libro es el salvavidas de la
soledad.
El poeta miraba tanto al cielo que le
salió una nube en un ojo.
Las vacas escriben con el tintero de
sus ojos el poema de la resignación.
Los ceros son los huevos de los que
salieron las demás cifras.
El 8 es el reloj de arena de los
números.
El caballo con la cabeza baja, mientras
pace, parece estar leyendo el paisaje como un corto de vista.
El camello lleva a cuestas el horizonte
y su montañita.
La inmortalidad del cangrejo consiste
en andar hacia atrás, rejuveneciéndose hacia el pasado.
El caracol debía tocar el trombón que
lleva a cuestas.
La cebra es el animal que luce por
fuerza su radiografía interior.
Al callarse la chicharra de pronto,
parece que ha habido una avería eléctrica.
De la nieve caída en los lagos nacen
los cisnes.
El cocodrilo es un zapato desclavado.
El cocodrilo es una maleta que viaja
por su cuenta.
Los elefantes parece que tienen en las
patas las muelas que no tienen en la boca.
Las gallinas son tartamudas.
Los gatos se beben la leche de la luna
en los platos de las tejas.
Grajo: palabrota con alas.
La lagartija es el broche de las
tapias.
La mariposa lleva a su gusano de viaje.
La mariposa, posándose en todas las
flores, es la mecanógrafa del jardín.
Todos los pájaros son mancos.
Ningún pájaro ha logrado sacar las
manos de las mangas de las alas, salvo el murciélago.
Lo más terrible del perro con bozal es
que no puede bostezar.
Cuando escarba el toro en la arena
parece estar cavando la fosa del torero.