dimecres, 21 de novembre del 2012

Acteón y Artemisa: La representación pictórica de la noción y la interpretación (psico-) lógica del mito - Wolfgang Giegerich



"Puede resumirse el mito de Acteón y Artemisa, según lo narra Ovidio en sus Metamorfosis, de la siguiente manera: Acteón es un joven que se prepara para ir de caza y que se encuentra con la Diosa Artemisa (Diana) mientras ella se bañaba con sus ninfas. Mientras Artemisa, de acuerdo a Ovidio (Metamorfosis, III), "se estaba bañando allí en la piscina familiar, el sobrino de Cadmo, habiendo acabado su trabajo, andando con pasos inciertos a través del bosque desconocido, se encontró en el bosquecillo sagrado—una obra del destino. Tan pronto como se acercó a la gruta, humedecido por los arroyos, las ninfas a su vista se golpearon sus pechos, ya que estaban desnudas, y llenaron la gruta con sus gritos. Entonces entrelazaron sus cuerpos en círculo alrededor de Diana. Pero la Diosa era más alta que ellas, y permaneció con la cabeza y los hombros por arriba de todas ellas. ... Tomó agua y empapó el rostro masculino y salpicó su cabello con la humedad vengativa. ... Y sobre la cabeza humedecida le hizo crecer los cuernos de un viejo ciervo". (99) Transformado ahora en ciervo, Acteón ya no fue reconocido como el amo de sus propios perros de caza. Se volvieron contra él y lo desgarraron. (p. 105)"

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"...lo que escuchamos sobre las grandes expediciones de caza mayor del tipo batida en la antigua China es notable. Un comentador en un pasaje del I Ching respecto a estas cazas afirma: "Cuando se completa la batida, y los tiradores están pr eparados para comenzar, un lado del encierre donde la presa había sido conducida se dejaba abierto y sin control". (198) Como nos informa el mismo texto del I Ching, el rey hacía que sus sirvientes batieran solo en tres lados, permitiendo que la presa o el rebaño se volviera hacia el lado no controlado para escapar. Los reyes antiguos obviamente sentían la necesidad de no encerrar inescapablemente a la presa, ¡y esto incluso con un tipo de caza que operaba con batidores y encierre! Se suponía que los animales tenían una oportunidad real. Tenía que preservarse algún tipo de apertura. La eficiencia total no era a lo que se aspiraba. Ésta magnanimidad verdaderamente real de los antiguos reyes chinos hecha luz sobre el "barbarismo" de nuestra cultura tecnológica con su culto implacable a la "eficiencia" (la explotación de las selvas húmedas, la pesca industrializada a gran escala en los océanos, el minar una tonelada de montaña para obtener tres gramos de oro, por mencionar tan sólo tres ejemplos evidentes, a los cuales por supuesto, en un libro de psicología, hay que agregar el nuevo culto a la "eficiencia" en la psicoterapia)."

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"la cuestión sobre la imagen de lo salvaje es que la psicología transgrede y entra en lo agreste primordial en el momento en que acepta sin reservas la cuestión de la verdad. En el mismo momento en que está dispuesta a enfrentar honestamente esta cuestión, ha abandonado los confines seguros del mundo cercado civilizado y ha violado la ley no escrita de la modernidad que prohíbe la cuestión de la verdad bajo todo tipo de precauciones metodológicas y advertencias en contra de la hybris humana. Pero lo que se presenta como la humilde intuición de nuestras "limitaciones humanas" y de la "naturaleza finita de la existencia humana" es en verdad un mandamiento. Es la prohibición de abandonar el reino cercado de lo humano-demasiado-humano. Aventurarse en lo agreste significa precisamente dejar atrás lo humano-demasiado-humano y el dogma de la naturaleza meramente finita del hombre. Significa nada menos que transgredir y adentrarse en "la infinidad", en "la eternidad", en la esfera de lo absoluto. Significa encarar "el todo" o mirar la vida y vivirla como "el hombre entero". ¿Qué otro significado podría tener el término agreste, lo salvaje? ¿Emborracharse? ¿Drogarse? ¿Flipar, o cualquier otro tipo de salvajismo literal? Cualquier otro movimiento que no cruce efectivamente hacia la infinidad no abandona realmente el mundo domesticado. El dogma de la naturaleza meramente finita de nuestra existencia es la cerca que ponemos alrededor nuestro, y al escondernos tras ella, creamos la esfera lógicamente (no necesariamente fácticamente) segura y confortable de la vida común que por definición está protegida de lo agreste. Verdad, lo absoluto, infinidad: aquí es donde comienza lo crudo, lo no cocinado, lo no preparado. Aquí es donde yace nuestra frontera. A fin de aventurarme en lo salvaje, no tengo que ir a la selva brasileña o escalar las montañas más altas o practicar puenting. No necesito unirme al esoterismo New Age. No tengo que tomar drogas psicodélicas. Puedo permanecer exactamente donde estoy, en mi situación real. Todas las cosas mencionadas que podría hacer nunca me sacarían de ese mundo del cual se ha dicho adecuadamente que su frontera está cerrada. Y se cierra más y más cada día. Y tales experiencias extremas, sensacionales, sólo contribuyen a su ulterior cierre. Pero mientras la frontera se cierra, una nueva frontera, nuestra frontera de hoy, se está abriendo."


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"Nuestra psicología está tan degenerada que ha reemplazado el conocimiento acerca de esta necesidad por parte del alma con la idea equivocada, y a la vez inflada, de que nosotros debiéramos conocernos a nosotros mismos. (214) Nosotros como gente, domesticados, positivizados: auto-observación narcisista e introspección. Ese es un modo de huir del alma, de engañarla presentándole algo que sólo parece ser lo que en verdad necesita, es decir "auto-cognición", pero que en realidad ofrece otra cosa, porque el ego usurpa el lugar que efectivamente le correspondería al alma (tanto como el sujeto y el objeto del auto-conocimiento), así el alma se deja fuera. Es un truco astuto: se retiene la idea de auto-conocimiento, pero se hace que "auto" se refiera a "mí-mismo" en lugar de referirse al alma (conociéndose a sí) misma. No liberamos al "auto" en la palabra "auto-conocimiento", sino que se lo ata al ego. Se lo mantiene con una correa. El tipo de "conocimiento" del que ahora hablamos ya no tiene nada que ver con un encuentro con la verdad desnuda. Más bien es un emprendimiento sensato y útil, aunque más bien banal, o bien es el auto-embrollo narcisista e inflado que ya mencioné. En ambos casos, sólo puede ocurrir fuera de lo agreste infinito del bosque primordial. La verdad es en última instancia lo reprimido."


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"Sin la cuestión de la verdad, la psicología junguiana tenía que corromperse hasta llegar a ser un sala de juegos de la mente administrativa, de los pragmatistas, de meros administradores de los desórdenes psíquicos o del "crecimiento" psíquico (si bien con un disfraz religioso o humanitario, o, para el caso, incluso con un disfraz "poético"). Sin un compromiso con la idea de verdad como estándar, "el poder del pensamiento" es una frase sin sentido. Y sin ello, la psicología no tiene oportunidad."


Traducción de Enrique Eskenazi y Alejandro Bica