dissabte, 13 de febrer del 2010

José Lezama Lima - Lo inaudible


Es inaudible,

no podremos saber si las hojas
se acumulan y suenan al encaramarse

la mirona lagartija sobre la hoja.

Nos roza la frente
y creemos que es un pañuelo

que nos está tapando los ojos.

El oro caminaba
después hacia la hoja

y la hoja iba hacia la casa
vacía del otoño, donde lo inaudible

se abrazaba con lo invisible

en un silencioso gesto de júbilo.
Lo inaudible

gustaba del vuelo de las hojas,

reposaba entre el árbol inmóvil
y el río de móvil memoria.

Mientras lo inaudible lograba

su reino, la casa oscilaba,

pero su interior permanecía intocable.

De pronto, una chispa

se unió a lo inaudible

y comenzó a arder escondido

debajo del sonido facetado del espejo.

La casa recuperó su movilidad
y comenzó de nuevo a navegar.