diumenge, 28 de febrer del 2010
dissabte, 27 de febrer del 2010
divendres, 26 de febrer del 2010
Sergei Prokofiev - Romeo and Juliet
dijous, 25 de febrer del 2010
dimecres, 24 de febrer del 2010
dimarts, 23 de febrer del 2010
dissabte, 20 de febrer del 2010
dimecres, 17 de febrer del 2010
Dress Rehearsal Rag - Leonard Cohen
Four o'clock in the afternoon
and I didn't feel like very much.
I said to myself, "Where are you golden boy,
where is your famous golden touch?"
I thought you knew where
all of the elephants lie down,
I thought you were the crown prince
of all the wheels in Ivory Town.
Just take a look at your body now,
there's nothing much to save
and a bitter voice in the mirror cries,
"Hey, Prince, you need a shave."
Now if you can manage to get
your trembling fingers to behave,
why don't you try unwrapping
a stainless steel razor blade?
That's right, it's come to this,
yes it's come to this,
and wasn't it a long way down,
wasn't it a strange way down?
There's no hot water
and the cold is running thin.
Well, what do you expect from
the kind of places you've been living in?
Don't drink from that cup,
it's all caked and cracked along the rim.
That's not the electric light, my friend,
that is your vision growing dim.
Cover up your face with soap, there,
now you're Santa Claus.
And you've got a gift for anyone
who will give you his applause.
I thought you were a racing man,
ah, but you couldn't take the pace.
That's a funeral in the mirror
and it's stopping at your face.
That's right, it's come to this,
yes it's come to this,
and wasn't it a long way down,
ah wasn't it a strange way down?
Once there was a path
and a girl with chestnut hair,
and you passed the summers
picking all of the berries that grew there;
there were times she was a woman,
oh, there were times she was just a child,
and you held her in the shadows
where the raspberries grow wild.
And you climbed the twilight mountains
and you sang about the view,
and everywhere that you wandered
love seemed to go along with you.
That's a hard one to remember,
yes it makes you clench your fist.
And then the veins stand out like highways,
all along your wrist.
And yes it's come to this,
it's come to this,
and wasn't it a long way down,
wasn't it a strange way down?
You can still find a job,
go out and talk to a friend.
On the back of every magazine
there are those coupons you can send.
Why don't you join the Rosicrucians,
they can give you back your hope,
you can find your love with diagrams
on a plain brown envelope.
But you've used up all your coupons
except the one that seems
to be written on your wrist
along with several thousand dreams.
Now Santa Claus comes forward,
that's a razor in his mit;
and he puts on his dark glasses
and he shows you where to hit;
and then the cameras pan,
the stand in stunt man,
dress rehearsal rag,
it's just the dress rehearsal rag,
you know this dress rehearsal rag,
it's just a dress rehearsal rag.
dimarts, 16 de febrer del 2010
Mayari - Lecuona Cuban Boys
Mayarí, lloras así en tu lamento al dolor
Mayarí, sufres el yugo del destino fatal
Mayarí, cruel es vivir sin patria y sin libertad
Suena el bongo, oh Mayarí esclavo
Es tu cantar llorar
Baila el sangara monito
En la fiesta del diablito
Yo le canté a Mayarí clamando libertad
Mayarí, es triste ser esclavo Carabali
Mayarí, lloras así en tu lamento al dolor
Por mejor en cantar Mayarí clama su libertad
Mayarí, sufres el yugo del destino fatal
Mayarí, cruel es vivir sin patria y sin libertad
Mayarí
Mayarí.
dilluns, 15 de febrer del 2010
diumenge, 14 de febrer del 2010
Los Cantos de Maldoror
Para seguir hacia el viento extraño y poderoso, precursor de la tempestad... El camino que no siguió la grulla
(http://titadixit.wordpress.com/)
Alejandra Pizarnik - En Esta Noche, En Este Mundo
las palabras del sueño de la infancia de la muerte
nunca es eso lo que uno quiere decir
la lengua natal castra
la lengua es un órgano de conocimiento
castrado por su propia lengua
que es el órgano de la re-creación
del re-conocimiento
pero el de la no resurrección
de algo a modo de negación
de mi horizonte de maldoror con su perro
y nada es promesa
entre lo decible
que equivale a mentir
(todo lo que se puede decir es mentira)
el resto es silencio
sólo que el silencio no existe
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?
extraoordinario silencio el de esta noche
lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se ve
lo que pasa con el espíritu es que no se ve
¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible
sombras
recintos viscosos donde se oculta
la piedra de la locura
corredores negros
los he recorrido todos
¡oh quédate un poco más entre nosostros!
mi persona está herida
mi primera persona del singular
escribo como quien con un cuchillo alzado en la oscuridad
escribo como estoy diciendo
la sinceridad absoluta continuaría siendo
lo imposible
¡oh quédate un poco más entre nosotros!
deshabitando el palacio del lenguaje
el conocimiento entre las piernas
¿qué hiciste del don del sexo?
oh mis muertos
me los comí me atraganté
no puedo más de no poder más
palabras embozadas
todo se desliza
hacia la negra liquefacción
en esta noche en este mundo
donde todo es posible
salvo
el poema
sabiendo que no se trata de eso
siempre no se trata de eso
oh ayúdame a escribir el poema más prescindible
ser inservible
en esta noche en este mundo
dissabte, 13 de febrer del 2010
José Lezama Lima - Lo inaudible
no podremos saber si las hojas
se acumulan y suenan al encaramarse
la mirona lagartija sobre la hoja.
Nos roza la frente
y creemos que es un pañuelo
que nos está tapando los ojos.
El oro caminaba
después hacia la hoja
y la hoja iba hacia la casa
vacía del otoño, donde lo inaudible
se abrazaba con lo invisible
en un silencioso gesto de júbilo.
Lo inaudible
gustaba del vuelo de las hojas,
reposaba entre el árbol inmóvil
y el río de móvil memoria.
Mientras lo inaudible lograba
su reino, la casa oscilaba,
pero su interior permanecía intocable.
De pronto, una chispa
se unió a lo inaudible
y comenzó a arder escondido
debajo del sonido facetado del espejo.
La casa recuperó su movilidad
y comenzó de nuevo a navegar.
Oliverio Girondo - Espantapájaros (2 y 3)
En el acto de entregar su tarjeta, por ejemplo, los visitantes se sacaban los pantalones, y antes de ser introducidos en el salón, se subían hasta el ombligo los faldones de la camisa. Al ir a saludar a la dueña de casa, una fuerza irresistible los obligaba a sonarse las narices con los visillos, y al querer preguntarle por su marido, le preguntaban por sus dientes postizos. A pesar de un enorme esfuerzo de voluntad, nadie llegaba a dominar la tentación de repetir: “Cuernos de vaca”, si alguien se refería a las señoritas de la casa, y cuando éstas ofrecían una taza de té, los invitados se colgaban de las arañas, para reprimir el deseo de morderles las pantorrillas.
El mismo embajador de Inglaterra, un inglés reseco en el protocolo, con un bigote usado, como uno de esos cepillos de dientes que se utilizan para embetunar los botines, en vez de aceptar la copa de champagne que le brindaban, se arrodilló en medio del salón para olfatear las flores de la alfombra, y después de aproximarse a un pedestal, levantó la pata como un perro.
Nunca he dejado de llevar la vida humilde que puede permitirse un modesto empleado de correos. ¡Pues! mi mujer —que tiene la manía de pensar en voz alta y de decir todo lo que le pasa por la cabeza— se empeña en atribuirme los destinos más absurdos que pueden imaginarse.
Ahora mismo, mientras leía los diarios de la tarde, me preguntó sin ninguna clase de preámbulos:
«¿Por qué no abandonaste el gato y el hogar? ¡Ha de ser tan lindo embarcarse en una fragata!... Durante las noches de luna, los marineros se reúnen sobre cubierta. Algunos tocan el acordeón, otros acarician una mujer de goma. Tú fumas la pipa en compañía de un amigo. El mar te ha endurecido las pupilas. Has visto demasiados atardeceres. ¿Con qué puerto, con qué ciudad no te has acostado alguna noche? ¿Las velas serán capaces de brindarte un horizonte nuevo? Un día en que la calma ya es una maldición, bajas a tu cucheta, desanudas un pañuelo de seda, te ahorcas con una trenza de mujer».
Y no contenta con hacerme navegar por todo el mundo, cuando hace dieciséis años que estoy anclado en el correo:
«¿Recuerdas las que tenía cuando me conociste?... En ese tiempo me imaginaba que serías soldado y mis pezones se incendiaban al pensar que tendrías un pecho áspero, como un felpudo.
»Eras fuerte. Escalaste los muros de un monasterio. Te acostaste con la abadesa. La dejaste preñada. ¿A qué tiempo, a qué nación pertenece tu historia?... Te has jugado la vida tantas veces, que posees un olor a barajas usadas. ¡Con qué avidez, con qué ternura yo te besaba las heridas! Eras brutal. Eras taciturno. Te gustaban los quesos que saben a verija de sátiro... y la primera noche, al poseerme, me destrozaste el espinazo en el respaldo de la cama».
Y como me dispusiera a demostrarle que lejos de cometer esas barbaridades, no he ambicionado, durante toda mi existencia, más que ingresar en el Club Social de Vélez Sársfield:
«Ahora te veo arrodillado en una iglesia con olor a bodega.
»Mírate las manos; sólo sirven para hojear misales. Tu humildad es tan grande que te avergüenzas de tu pureza, de tu sabiduría. Te hincas, a cada instante para besar las hojas que se quejan y que suspiran. Cuando una mujer te mira, bajas los párpados y te sientes desnudo. Tu sudor es grato a las prostitutas y a los perros. Te gusta caminar, con fiebre, bajo la lluvia. Te gusta acostarte, en pleno campo, a mirar las estrellas...
»Una noche —en que te hallas con Dios— entras en un establo, sin que nadie te vea, y te estiras sobre la paja, para morir abrazado al pescuezo de alguna vaca...»
dijous, 11 de febrer del 2010
Rostro de vos (Mario Benedetti)
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.
Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto y por sabor.
Sin un temblor de más,
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.
Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna maldición.
Mis huéspedes concurren,
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor.
Yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.
Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan a su hambre
miran y miran
y apagan la jornada.
Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.
Ya mi rostro de vos
cierra los ojos.
Y es una soledad
tan desolada.