"Si el ojo como el sol no fuera,
jamás podría el sol mirarlo."
(Goethe-Plotino)
jamás podría el sol mirarlo."
(Goethe-Plotino)
Nos hemos reunido para penetrar conjuntamente en el estudio de una de las ciencias más antiguas con que cuenta la humanidad. En torno de esta ciencia se tiende desde los tiempos más remotos un nimbo de santidad. Y ello no sólo ocurre por el hecho de que el objeto de esta ciencia abarque literalmente todo lo que existe, sino también porque aquella ciencia o, más propiamente, aquel "saber" no se originó como producto de investigación minuciosa, como producto de experiencias trabajosamente acumuladas, sino por una especie de "revelación" cuyas hipótesis eran de índole muy distinta, de índole mucho más íntima que todo aquello que hoy día suele llamarse investigación científica. De ahí que el principiante deba tener presente que, al iniciar este estudio, penetrará en una esfera del conocimiento que, por su carácter, pertenece enteramente al terreno de las ciencias ocultas.
¿Que es la "ciencia oculta"? ¿Qué significa esta denominación y qué nos ofrece su contenido? La denominación de ciencia oculta no responde únicamente al hecho de que el contenido de tal ciencia haya sido un secreto, un conocimiento que había que "ocultar" a quienes no formasen parte de una cierta minoría de "elegidos"; más aún, ni siquiera es esta la causa principal que llevó a aquella denominación. Lo que determina que esta ciencia sea "oculta" es el hecho de que la fuente cognoscitiva de que proviene tal saber se encuentre en el misterio de la "interioridad" del propio ser humano; sólo al descubrirse esa fuente, al encontrarse el acceso a ella, se comienza a revelar una esfera del saber que, en última instancia, se basa en la premisa del "ser uno con todo lo existente". (...) Si pudiese expandir mi cuerpo de modo tal que el mundo exterior entrase a formar parte integrante, por así decir, de mi vida corporal "endoempírica", me enteraría de dicho mundo exterior de la misma manera en que sé todo lo que se refiere a mi mismo y únicamente a mi mismo; es decir que tendría con respecto a lo exterior un saber científico de carácter oculto, tan susceptible de ser sistematizado como el saber científico de carácter físico; o, lo que es lo mismo, me vería en posesión de la ciencia oculta de carácter cósmico. (...) La misma percepción común de los sentidos está llena del secreto por el cual un objeto exterior pasa a convertirse en un elemento de interioridad, y, viceversa, una interioridad pasa a ser un elemento exterior. (...) Pensemos, por ejemplo, en el "miedo a la tempestad". El miedo a la tempestad es, además de dicho "miedo", algo más; no se teme únicamente al relámpago y al trueno. La tormenta que desencadenó la naturaleza en el mundo exterior es la misma que desencadena nuestra alma dentro de nosotros, es decir, tormenta de la misma fuerza elemental "fuera" y "dentro" de nosotros.
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